18/11/15

Simón + 4 (1966)

Anoche fui a un acto militante. Sí amigos. Porque acá en mi país, la próxima semana elegimos presidente.
Está muy clara la cosa: son dos modelos opuestos. Yo voto el proyecto nacional y popular. Obvio papá, garagelatino es del pueblo. El otro proyecto amenaza funesto pero también probable ganador. Así, la militancia de las bases ha emprendido una valiente gesta de apoyo al candidato popular Daniel Scioli.
Dentro de este marco fue que concurrí al festival Amor Sí. Fui con mi bróder Pablo Doti. El leyó un poema en el escenario. Copado porque pude andar por el backstage del festival. Buena onda. Buena gente. La cuestión es que más pronto que tarde me aburrí de andar con mi cuate Doti porque él se la pasó pavoneándose con otros poetas. Así fue que decidí caminar los alrededores del festival. Había un montón de gente. Gente linda, militante. Al poco de salir vi frente al escenario una morocha que partía la tierra. Hacía tiempo que una mujer no me quebraba tanto los sentidos. La relojeé un rato. Y me quiero excusar, no soy un tipo de andar mirando todos los culos y todas las tetas. Digo, no soy un pajero empedernido. Pero si una chica me llama la atención, por cualquier característica que tenga, yo me entrego entero al deleite de mirotear. Y así, haciéndome el choto la scaneo cuanto puedo.
Esta morocha era una cosa de no creer. Confieso que las morochas son mi debilidad. Cualquier chica de tez bruñida tiene las de ganar conmigo. Sí, ya sé, me fui a la mierda develando esta intimidad. Disculpen hermanos, pero necesito expurgar el comienzo de esta historia porque fue peronista. La morocha me volteó de solo mirarla de atrás. Iba a avanzar pero cavilé: Con alguien, seguro, debía estar. Y así fue. Por suerte sus amigos eran pareja. Se dedicaban bastante tiempo el uno al otro y la morocha, tan linda, se quedaba un poco ahíal costado. Esta es la mía, Miguel, pensé. Me acerqué, chamuyé un ratito del espectro político si este proyecto no continúa, la morocha opinó con reflexión y mirada personal. Qué linda chica, pensé yo.  Sé que ayudó mucho el graffiti de la Cristina que me grafiteé en mi remera naranja lo que me permitió empezar a chamuyar. La invité a comer un chori con un vaso de vino. La noche se me fue agitada y rápida. Cuando empezamos a tomar vino nos trenzamos de las manos a y al poco de las bocas.  
Libre y desprejuiciada, como son las chicas que no temen experimentar ni conocer, la morocha me hizo el amor como hacía tanto tiempo no lo sentía.

Ahora mismo, mientras escribo esta entrada ella está a mi lado, entangada con una bombacha del FPLV. Creo que estoy enamorado amigos. Eso les quería contar. Les dejo el disco genial que una vez, tiempo atrás, me compartió el gran Gustavo Zamora. Disco de mucha guitarra, instrumental con aire surf y western épico. Como el que estamos viviendo en estas jornadas de elecciones por acá en Argentina. Igual la morocha y yo,  no tenemos miedo. Esperamos juntos. Dispuestos a darle una oportunidad al amor. Tomen: Simón + 4.
Por otro lado amigos, se me han juntado un montón de comentarios. Perdón si no he respondido. Respecto a llink del disco anterior, es verdad, me lo olvidé. El problema es que ese compilado, que hice por purascuestiones didácticas como les conté; lo borré sin subirlo a la red. Disculpas. Quedará como un nombre sin alma en este inmenso compendio de garage punk que es garagelatino. Saludos!