30/4/17

Los Marshalls (1965)

Hola cuates del garage. Una vez más vuelve Wirtis. Con los brazos entumecidos, con el alma agarrotada.
Harto de tanta inequidad, con muchas ganas de pelear. Y es que la Argentina en clave neoliberal es una mierda. Pero mucho más mierda es saberse rodeado de gorilones sin pelo en pecho, ni tesón en el alma.
Caminar la calle de la gran ciudad, cuando sos de abajo, de la cumbia y del punk, cuando sos, en fin,  un negro y los conchetos tienen el poder es sinónimo de ofender. Cabeza, te van a decir. Sabelo.
Pero no van a poder nunca eso de amasijarnos sin piedad. Porque nosotros somos de los que caminamos con Santa Eva,  sabemos que no hay que aflojar y siempre pelear. Ahora nos quieren convencer de que somos unos negros vagos, los docentes. Negros de mierda. Y hay que ver como el concheterío docente del medio pelo, mediocres del trabajo privado o de directivo, por puro capital; te miran con los ojos cruzados cuando te descubren negro de la cumbia y el punk. Y no te entienden, sos un traidor a la clase: ¿¡No ves que son todos unos negros esos que van a marchar!? Reclaman asustados los chetos docentes del colegio privado o del universitario, ojo, que en todos lados están. Y yo me  indigno y me revelo. Y entonces descubro que también los otros están en todos lados, me refiero a esos que son como yo, que piensan que la docencia es resistencia a la hegemonía neoliberal. Y me reconforto, entonces, amigos del punk; porque me los encuentro en las marchas y opinamos con la calle y la cumbia en el corazón.
Entonces es imposible no abrazarlos y pensar de cuánto vamos a luchar para que este lindo país que podría
ser cualquiera y a nosotros nos  tocó en Argentina; salga adelante del demonio neoliberal. Con cada derecho que quitan someten  para  lograr lo que, entiendo yo, es el objetivo final: silenciar la disidencia mediante opresión para caretear de paz social. Pero nosotros somos un yuyo porfiado: nunca, nunca, porque nos adoctrinamos en el dolor de la inequidad, hay que olvidar y siempre resistir.

Por lo dicho, cuando los a brazo, a esos que están peleando desde el más violento de los fangos a mi lado, les cuento de mi blog y del viaje a las raíces del punk. También les cuento porqué somos Latinoamérica aguerrida y venal, que de acá salió el género más genuino y visceral como es el garaje punk y la cumbia villera. Acá les dejo a Los Marshalls, una perla más que revitaliza nuestros oídos enfermos de garaje punk. Abrazos mis wuachos. Y no olviden: resistir y nunca claudicar.